miércoles, 3 de agosto de 2011

blanca nieves y los siete enanitos

Blanca nieves y los siete enanitos
En un lugar muy lejano vivía una hermosa princesa que se llamaba Blanca nieves. Vivía en un castillo con su madrastra, una mujer muy mala y vanidosa, que lo único que quería era ser la mujer más hermosa del reino. Todos los días preguntaba a su espejo mágico quién era la más bella del reino, al que el espejo contestaba:
- Tú eres la más hermosa de todas las mujeres, reina mía.

El tiempo fue pasando hasta que un día el espejo mágico contestó que la más bella del reino era Blanca nieves. La reina, llena de furia y de rabia, ordenó a un cazador que llevase a Blanca nieves al bosque y que la matara. Y como prueba traería su corazón en un cofre. El cazador llevó a Blanca nieves al bosque pero cuando allí llegaron él sintió lástima de la joven y le aconsejó que se marchara para muy lejos del castillo, llevando en el cofre el corazón de un jabalí.
Blanca nieves, al verse sola, sintió mucho miedo porque tuvo que pasar la noche andando por la oscuridad del bosque. Al amanecer, descubrió una preciosa casita. Entró sin pensarlo dos veces. Los muebles y objetos de la casita eran pequeñísimos. Había siete platitos en la mesa, siete vasitos, y siete camitas en la alcoba, dónde Blanca nieves, después de juntarlas, se acostó quedando profundamente dormida durante todo el día.

Al atardecer, llegaron los dueños de la casa. Eran siete enanitos que trabajaban en unas minas. Se quedaron admirados al descubrir a Blanca nieves. Ella les contó toda su triste historia y los enanitos la abrazaron y suplicaron a la niña que se quedase con ellos. Blanca nieves aceptó y se quedó a vivir con ellos. Eran felices.

Mientras tanto, en el castillo, la reina se puso otra vez muy furiosa al descubrir, a través de su espejo mágico, que Blanca nieves todavía vivía y que aún era la más bella del reino. Furiosa y vengativa, la cruel madrastra se disfrazó de una inocente viejecita y partió hacia la casita del bosque. Allí, cuando Blanca nieves estaba sola, la malvada se acercó y haciéndose pasar por buena ofreció a la niña una manzana envenenada. Cuando Blanca nieves dio el primer bocado, cayó desmayada, para felicidad de la reina mala.

Por la tarde, cuando los enanitos volvieron del trabajo, encontraron a Blanca nieves tendida en el suelo, pálida y quieta, y creyeron que estaba muerta. Tristes, los enanitos construyeron una urna de cristal para que todos los animalitos del bosque pudiesen despedirse de Blanca nieves.

Unos días después, apareció por allí un príncipe a lomos de un caballo. Y nada más contemplar a Blanca nieves, quedó prendado de ella. Al despedirse besándola en la mejilla, Blanca nieves volvió a la vida, pues el beso de amor que le había dado el príncipe rompió el hechizo de la malvada reina.

Blanca nieves se casó con el príncipe y expulsaron a la cruel reina del palacio, y desde entonces todos pudieron vivir felices.

FIN

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